UNIVERSIDAD AUTONOMA DE BAJA CALIFORNIA SUR, LA PAZ.
ETICA PROFECIONAL Y DERECHO INFORMATICO
MAESTRO:
JESUS HERNANDEZ COSIO.
TRABAJO:
CORRIENTES ETICAS FUNDAMENTALES PARA EL PROFECIONISTA.
INTEGRANTES:
*VALERIA ALVAREZ AVIES
*YARELI GONZALEZ CORTEZ
*SAYRA AYAJAIRA ESPINOZA DOMINGUEZ
Filosofía como cosmovisión:
Una cosmovisión es un conjunto de ideas que nos describen el modo en que percibimos el cosmos, el mundo, es decir, las cosas, las personas y las situaciones que nos rodean. Cada persona tiene su propia cosmovisión, se puede decir entonces que cada uno tiene su propia Filosofía. La cosmovisión es entonces el conjunto de concepto, intuiciones, principios y valores que una persona ha adquirido a lo largo de la vida y que le sirven para tomar una postura frente a los hechos que la rodean.
Sócrates, fundador de la ética:
Sócrates centró toda su filosofía en la búsqueda de la verdad, la cual para él era el bien. Centró toda su filosofía en la búsqueda de la verdad (el bien) por medio de la razón, que es para él el conocimiento, por cuanto estaba convencido que quien alcanza el máximo conocimiento, es decir el conocimiento del bien, nunca podría actuar de otra manera que no fuera de acuerdo al bien. Actuar de acuerdo al bien es el principio de la ética.
Ética Aristotélica:
Dos éticas fueron escritas por Aristóteles:
Ética a Eudemo que pone en evidencia algunas influencias platónicas y Ética a Nicómaco que es la versión definitiva de la ética aristotélica puesto que pertenece al tercer período. La ética de Aristóteles, es, en primer lugar, una ética de la felicidad... pero también es una ética de la virtud ya que ésta es el medio por excelencia para alcanzar la felicidad.
Ética Kantiana-Kant:
La ética kantiana es una base muy importante de la ética actual. Su importancia recae en que la obligación moral que propone no deriva ni de Dios, ni de las autoridades y sociedades humanas, tampoco depende de los sentimientos, preferencias o deseos de los individuos, sino en la razón.
La ética kantiana demuestra un compromiso sin condiciones a la libertad humana y a la dignidad y autonomía del hombre. Sin embargo, a pesar de todos los avances que representó la ética de Kant respecto de las morales tradicionales, hay diversas críticas que se le han hecho. Desde el punto de vista del consecuencialismo, se le ha acusado de no tomar en cuenta las consecuencias de los actos en la valoración moral. Se le crítica haber formulado una ética basada únicamente en la pura intención, cuestión, que según los consecuencialistas, no resulta de provecho en la práctica ni para el individuo ni para la sociedad. Las consecuencias son más importantes que las intenciones según los críticos. Esta posición aparentemente contraria supone que hay cabos sueltos en la ética formalista de Kant.
Lo que pretende el presente ensayo es analizar la propuesta kantiana, y observar si realmente un pensador riguroso y metódico como Kant pudo olvidar en su ética los resultados de las acciones. Se analizará el papel que tienen las consecuencias en el valor moral de una persona, y si realmente Kant es una postura contraria al consecuencialismo.
Objetividad de Sheller:
La ética de Scheler nace del deseo de continuar la ética kantiana, aunque superando su formalismo racionalista. La doctrina de Scheler muestra un repudio por las éticas materiales anteriores, que han sido éticas empiristas de bienes y de fines, y reafirma el principio apriorístico establecido por Kant. Este principio es el punto de partida del pensamiento de Scheler.
Para explicar la naturaleza de los valores, Scheler los comparará con los colores para mostrar que, en ambos casos, se trata de cualidades que existen independientemente de los respectivos depositarios. Se puede hacer referencia al "rojo" , por ejemplo, como un puro color del espectro, sin tener la necesidad de concebirlo como la cobertura de una superficie material; del mismo modo, el valor que descansa en un depositario con el que constituye un "bien", es independiente del depositario mismo.
Scheler supone que poseemos un conocimiento previo (como cualidad inherente del ser humano), para establecer lo "bueno" y lo "malo" y escoger determinadas acciones , lo cual significa que la ética de este filósofo, si bien es una ética "material" de los valores, no descansa sobre una base empírica, sino apriorística.
Los valores son cualidades independientes de los bienes: los bienes son cosas valiosas, y aún cuando un bien nunca hubiera 'valido' como 'bueno', sería, no obstante bueno. Así como la existencia de objetos (por ejemplo, los números) o la naturaleza no supone un 'yo', mucho menos lo supone el ser de los valores.
Los valores, en tanto cualidades independientes, no varían con las cosas. Así como el color azul no se torna rojo cuando se pinta de rojo un objeto azul, tampoco los valores resultan afectados por los cambios que puedan sufrir sus depositarios. La traición de un amigo, por ejemplo, no altera el valor, en sí, de la amistad. La independencia de los valores implica su inmutabilidad; los valores no cambian. Por otra parte, son absolutos; no están condicionados por ningún hecho, cualquiera sea su naturaleza, histórica, social, biológica o puramente individual. Sólo nuestro conocimiento de los valores es relativo, no los valores mismos.
La tesis subjetivista de que los valores existen únicamente en la medida en que son captados, es refutada por Scheler quien considera que hay un número infinito de valores que nadie pudo hasta ahora captar ni sentir. Para que los valores existan, no es necesario un sujeto que los aprehenda.
Los valores pueden ser captados por medio de una intuición emocional básica, pero el que no sean sentidos o captados, no quiere decir que éstos no existan ; así, la desaparición del percibir sentimental, no suprime el ser del valor.
Scheler critica la posición historicista que supone un relativismo de los valores considerándolos productos de una determinada situación histórica; el relativismo historicista, según Scheler, comete el error de no advertir el carácter independiente de los valores confundiéndolos con los cambios que sufren los bienes y las normas.
El escepticismo ético también es considerado por Scheler como "un fenómeno chocante". Como se busca el apoyo social en nuestras valoraciones éticas, nos intranquiliza cualquier discrepancia con los demás, y la desilusión que experimentamos al no encontrar coincidencias y establecer acuerdos para las cuestiones éticas, nos lleva a un escepticismo que sólo pone de manifiesto nuestra debilidad e incapacidad para estar solos frente a los problemas morales.
Otro gran filósofo, Husserl, demostró en sus "Investigaciones lógicas" la falta de fundamento de la posición nominalista, por lo que Scheler no se ocupa de refutar a fondo el nominalismo axiológico. Las palabras 'bueno', 'bello', 'honesto', etcétera, son, para el nominalismo, expresiones de sentimientos, intereses o apetencias de los individuos; sin embargo Scheler demuestra que el valor no puede reducirse a la expresión de un sentimiento, porque con frecuencia captamos los valores con independencia de los sentimientos que experimentamos. Así, podemos comprobar con frialdad, y aún con fastidio, la existencia de un valor moral en nuestro enemigo.